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Por qué tu deseo sexual no está roto: intenta guiarte a casa (1/4)

Actualizado: hace 3 días


Why Your Sexual Desire Isn’t Broken — It’s Trying to Lead You Home


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Semana 1 – Actitudes Esenciales para Empezar el Camino

“Las fantasías sexuales no son el problema a eliminar, sino el mapa que puede guiarnos hacia nuestra sanación.” -Jay Stringer


👋 Bienvenido/a a esta serie de lecturas semanales de Freō•dōm. Si estás leyendo esto, es porque te has atrevido a hacer una pregunta valiente: ¿Por qué no puedo salir del porno?


Nos alegra que estés aquí. En Freō•dōm acompañamos a hombres y mujeres en el camino de restaurar su sexualidad desde una visión integral: espiritual, psicológica y profundamente humana.


Sabemos que este camino no se recorre solo. Por eso, te animamos desde el inicio a que encuentres un aliado para este proceso: un amigo de confianza, tu terapeuta, un mentor espiritual…


Este viaje no busca que resistas más fuerte, sino que comprendas más profundamente.





📩 ¿Qué recibirás cada semana?


Durante las próximas 4 semanas sobre ¿Por qué tu deseo sexual no está roto: intenta guiarte a casa? te estaremos enviando una lectura con ejercicios, reflexiones y preguntas clave. Aquí tienes el índice:


  1. Semana 1: Actitudes esenciales para el camino

  2. Semana 2: Notas antropológicas sobre el deseo

  3. Semana 3: Trauma y nuestra historia

  4. Semana 4: Necesidades de apego y sexualidad





🔍 Semana 1: Actitudes esenciales para el trabajo interior


Muchas veces se nos ha dicho que la única solución a las conductas sexuales no deseadas es tener más fuerza de voluntad. Dominar el impulso. Apretar los dientes. Pero... ¿y si ese enfoque fuera incompleto?


¿Y si el deseo sexual no es algo que debas controlar a toda costa… sino algo que puedas aprender a escuchar?



¿Qué actitud necesito tener?


Actitud viene del latín actus, y significa disposición a actuar. Y eso es lo primero que vamos a trabajar: no tanto lo que haces, sino cómo te posicionas frente a lo que vives.


Hay dos actitudes fundamentales que abrirán tu camino:


1. CURIOSIDAD: “¿Qué me quiere decir mi deseo?”

“Nos avergüenza lo que no entendemos. Y aquello que nos avergüenza, lo escondemos.”

Tener curiosidad no es justificar el pecado. Es aprender a leer los signos. Jay Stringer propone que las fantasías sexuales son pistas hacia la sanación. ¿Te atreves a explorarlas sin condenarlas?



📝 Preguntas para reflexionar esta semana:

  • ¿Cuál es una fantasía sexual que regresa repetidamente?

  • ¿Qué sensación te genera verla desde la curiosidad, no desde la culpa?

  • ¿Qué podría estar revelando sobre lo que te faltó o te dolió en tu historia?



💬 No fantaseamos con lo que ya tenemos. Nuestras fantasías apuntan a lo que nos falta.




2. AMABILIDAD: “Sé tierno contigo”

“Trátate con la misma compasión con la que tratarías a tu mejor amigo herido.”

Este camino tocará fibras sensibles: recuerdos de infancia, heridas familiares, momentos de trauma o abandono. No te obligues a responderlo todo de golpe. Descansa. Respira. Si necesitas parar el proceso, hazlo.


El cambio no llega desde el desprecio a uno mismo. Llega cuando nos tratamos con dignidad y compasión, incluso en lo más oscuro.

📝 Ejercicio práctico:

  • Haz una lista de frases de auto-rechazo que te repites.

  • Reformúlalas con amabilidad. Por ejemplo:


    • ❌ “Mi deseo sexual es asqueroso” → ✅ “Mi deseo sexual es bueno, aunque hoy esté desordenado”


    • ❌ “No tengo remedio” → ✅ “Estoy en camino. Estoy aprendiendo.”




🌊 Tu deseo sexual es como un río poderoso… y tiene una historia

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🌊 De entrada tu deseo sexual NO es tu enemigo. Te invito a que veas tu deseo sexual como un río.


Jay Stringer, terapeuta y autor de Unwanted, nos ofrece una imagen muy ilustrativa para comprender la complejidad del deseo sexual: el río Amazonas.


Este río es inmenso, profundo, potente. Pero no aparece de la nada. No es un accidente. El Amazonas se forma por la unión de muchos afluentes —ríos más pequeños como el Purús, el Juruá o el Madeira— que se van encontrando hasta formar una corriente imparable.


Ahora bien…¿Qué tiene que ver eso contigo y con tus luchas sexuales?


Tu conducta sexual también es como un río. Cuando sientes ese impulso tan fuerte, cuando te gana la compulsión, cuando vuelves una y otra vez a lo que dijiste que ibas a dejar…
eso no es algo que simplemente apareció sin explicación.  No es “porque eres débil”, “porque eres sucio” o “porque estás roto”. Hay ríos ocultos —emocionales, afectivos, incluso espirituales— que alimentan esa corriente.


💔 ¿Cuáles son esos afluentes?


Jay menciona algunos de ellos, y probablemente los reconocerás:

  • La vergüenza: ese sentimiento profundo de “soy malo”, “no valgo”, “algo está mal en mí”.


  • El enojo: a veces reprimido, a veces explosivo, por heridas no resueltas, injusticias vividas o límites que nunca se respetaron.


  • La soledad: no solo la falta de compañía, sino el dolor de no sentirse visto, escuchado o comprendido.


  • La tristeza, el miedo, el rechazo, la falta de propósito…


Lo que hacemos muchas veces es tratar de tapar solo un afluente: Intentamos detener la lujuria, peleamos con todas nuestras fuerzas contra el deseo sexual desordenado… Pero no miramos todo lo demás que está alimentando esa conducta.


Y así, el río sigue fluyendo. Con fuerza. Con impulso. Y nos arrastra.



El punto no es solo “resistir”, sino reconocer.


No basta con tratar de bloquear el comportamiento final. Hay que remontarnos al origen. Al fondo del mapa. A los primeros afluentes que dieron nacimiento al río.

Pregúntate:


  • ¿Qué emociones suelen aparecer justo antes de que caigas en esa conducta?

  • ¿Cuáles eran las condiciones emocionales o familiares cuando comenzaste a usar el porno por primera vez?

  • ¿Qué partes de ti mismo has estado intentando aliviar, distraer o calmar?


    Esta es la propuesta transformadora: No luches solo con la superficie. Explora los afluentes. Porque cuando entiendes de dónde viene el río, puedes empezar a redirigirlo.




✝️ Tu cuerpo no es tu enemigo. Es tu aliado en el camino.

Es hora de reconciliarte con tu cuerpo. Con tu deseo. Con tu historia.


No, tu deseo sexual no está roto. Está intentando llevarte a casa.


A la sanación. A la comunión. A ti mismo.



📓 Para esta semana:

  1. Consigue un cuaderno. Llama a este proceso “Mi mapa de sanación”.

  2. Escribe tus respuestas a las preguntas de curiosidad.

  3. Si te sientes seguro, comparte algo con tu aliado o mentor espiritual.

  4. Vuelve a este texto si te sientes desconectado.



¿Qué sigue?

La próxima semana, hablaremos de cómo estamos hechos para el deseo, desde una mirada profunda sobre la antropología del cuerpo y la dignidad humana.



¿Te gustaría que alguien más reciba esta serie?


Invítalo al webinar gratuito 👉 “¿Por qué no puedo salir del porno?”


Solo con registrarse, empezará a recibir estas lecturas.



Gracias por caminar con nosotros.

No estás solo.

Tu historia importa.

Tu deseo tiene un propósito.

Y tu libertad es posible.


— Con cariño el equipo de Freō•dōm: Restaurando la Sexualidad







Mensaje importante:

 

Si tú quieres contribuir a sostener este proyecto y seguir haciéndolo posible, te invito a conocer las maneras en que puedes colaborar, desde comprar un artículo hasta donar una beca para una persona que lo necesite, y a mantenernos en tus oraciones para recibir la gracia de la sanación y liberación en Dios.





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